Celebrar a María
Muchas personas oran ante el icono, el cuadro o la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro a lo largo y ancho de nuestro planeta. En ellos impacta y conmueve la mirada con que María “habla”… Ante su mirada directa, fija, sagrada, penetrante, el creyente se siente impulsado a contemplar el misterio insondable y revelado de la Redención. Ciertamente, desde este icono, María invita a meditar la Redención de Jesucristo y la pasión del mundo actual…
El símbolo
Contemplando el icono en su conjunto, observamos que Jesús, en brazos de su Madre, se estremece ante la visión de sus futuros sufrimientos. Dos ángeles llevan instrumentos de la Pasión. Jesús, contemplando el panorama, se inclina hacia su Madre y se agarra a su mano protectora.
María sabe que el dolor no podrá ser evitado. Pero el amor maternal hacia su hijo se desborda: se hace más cálido, más solícito, más intenso… Con ternura entrañable acaricia y aprieta las manos de Jesús e inclina la cabeza hacia él, mientras una nube de tristeza se refleja en su rostro.
Jesús, ya desde niño, intuye el destino de ofrenda y sacrificio que le espera. Nosotros agradecemos su testimonio, su entrega total y la redención sobreabundante que nos reconcilia, engrandece y salva.
Novena
En la Iglesia católica, a lo largo de los tiempos, ha habido una especial estima y valoración de María. Sorprende el impacto que sigue teniendo. El atractivo y la devoción hacia ella constituyen uno de los fenómenos más sugerentes de la religiosidad popular.
En verdad, impresiona cómo la Virgen fascina a personas y colectivos, cómo interesa a infinidad de artistas, cómo muchas personas llevan su nombre con orgullo y distinción. Por razones particulares y diversas, el pueblo cristiano la celebra con especial fervor. Y lo hace bajo diferentes advocaciones. Nosotros tenemos esta de “Perpetuo Socorro”, el icono que nos remonta al Evangelio y a la Pasión de Jesús; en él se percibe dolor, pero también misericordia y glorificación…
Apreciamos con satisfacción que la Virgen del Perpetuo Socorro es conocida y venerada. Es especialmente señalada la novena con que se la honra. Además, su imagen no solo está en las iglesias de la Familia Redentorista, sino también en miles de templos y hogares del mundo, en muchos de ellos como recuerdo de las Misiones Populares que los Redentoristas han animado.
