El Norte de Castilla

El mediodía se acerca y la actividad es incansable en la parroquia de Santa Teresa de Jesús, en la avenida de Villamayor. En una sala, voluntarias de Cáritas como Teresa y Trini atienden la oficina de información laboralgracias a la que el año pasado ocho personas lograron encontrar trabajo. No parecen muchos pero cualquier alegría en estos tiempos es suficiente para mantener viva la esperanza. «Hay poca oferta para mucha demanda», se lamenta Teresa, mientras cuelga en el corcho de la entrada los puestos de trabajo que requieren personal. En otro lugar, trabajadoras también de Cáritas ponen en funcionamiento el servicio de acogida, al que acuden aquellas personas que tienen necesidades puntuales.

La puerta de la parroquia se abre y cierra constantemente y por los pasillos aparece el padre Luis Angulo, uno de los sacerdotes de la comunidad redentorista que se encarga de esta iglesia y sus feligreses. Queda poco para la misa de 12 y en la pequeña capilla octogonal construida a imagen y semejanza de la iglesia aledaña comienzan a congregarse los fieles. La media de edad de los asistentes a estas misas es alta, como alta es la media de edad del barrio. Aunque la parroquia por ubicación podría pertenecer a San Bernardo, su implicación y ámbito de influencia se encuentra en el Barrio del Oeste. Con la asociación vecinal Zoes, por ejemplo, mantienen una intensa relación desde hace 30 años, más o menos los mismos que ambas entidades, parroquia y asociación, llevan trabajando en la zona. «Cedemos nuestros locales para que Zoes realice actividades como las clases de baile», comenta el padre Luis. Esas actividades pueden verse en el organigrama de cursos, talleres y reuniones de la parroquia, junto a, por ejemplo, las reuniones de viudas, el taller de costura o los encuentros del grupo Ajonjolí.

Las viudas se reúnen los segundos y cuartos sábados de mes. «Fue un grupo que nació para dar apoyo y cobijo a estas mujeres, que se quedan muy desprotegidas y desubicadas», explica el sacerdote. Aparte de las reuniones de los sábados, las viudas celebran convivencias, fiestas en Navidad y otras actividades como excursiones. Se trata, en general, de «compartir inquietudes y hacer una reflexión también religiosa, en definitiva, hacerse compañía».

Inquietudes también comparten los jóvenes del grupo Ajonjolí. Este extraño, en principio, nombre se refiere a un semilla, porque ésa es la intención principal del grupo: sembrar en los jóvenes intereses y darles un punto de reunión. «Además con este grupo tratamos de que sigan vinculados a la parroquia, pues acoge a los que ya han hecho la primera comunión, diez años, pero aún no tienen edad para comenzar con la catequesis de Confirmación, catorce». Este grupo ha disfrutado, por ejemplo, este pasado fin de semana de una excursión en la estación invernal de La Covatilla y en verano cumplirán con el tradicional campamento en Colunga, Asturias.

Como novedad, hace pocos meses en la parroquia de Santa Teresa dio comienzo un taller de teatro, orientado hacia los más jóvenes también, aunque pueden participar personas de todas las edades. Este grupo de añade al del taller de costura que se reúne los lunes, o al taller de carpintería, el grupo de formación de Cáritas o la Legión de María, una organización de estructura diocesana que tiene como finalidad ayudar a las propias participantes en su vida diaria a través del rezo y llevar a cabo una serie de trabajos que se ponen en común en las reuniones. «Visitan a enfermos, a gente mayor, o a gente que vive sola, sin familia, colectivo que también abunda en el barrio», apunta el padre Luis.

Obispo

La ingente labor de la comunidad redentorista de la parroquia de Santa Teresa recibió hace un par de semanas la valoración del propio obispo de la diócesis, monseñor Carlos López, dentro de las visitas pastorales que está realizando a las comunidades parroquiales del arciprestazgo número 2, que también lleva el nombre de Santa Teresa.

El obispo, que regresará esta semana de la visita ‘Ad Limina’ al papa Francisco en Roma, charló y compartió encuentros con todos los grupos de la parroquia. Este arciprestazgo número 2 de Santa Teresa tiene una peculiaridad frente a los otros tres de la ciudad: también acoge a parroquias rurales, como las de Villamayor, Monterrubio de la Armuña, San Cristóbal de la Cuesta, Aldeaseca de Armuña o Villares de la Reina.

Cabe destacar en este punto que nos encontramos en la única parroquia de la ciudad que lleva el nombre de la santa de Ávila, patrona de la diócesis de Salamanca, cuya existencia va a ser más que recordada en los próximos meses por el cuarto centenario de su beatificación y el quinto de su nacimiento. Aunque la Virgen titular de los misioneros redentoristas es Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, cuando estos sacerdotes llegaron a esta parroquia decidieron que tenía que llevar el nombre de Santa Teresa, «porque no había ninguna en la ciudad». Aún así, por ahora no hay nada planeado para los fastos que se avecinan. «Lo dejaremos en manos del obispado y de los Carmelitas de la calle Zamora», afirma sonriente el padre Luis.