Comunicaciones

No dejes de ser joven

Confirma tu juventud a diario

Pasado Pentecostés, con el impacto del Espíritu en el alma, y concluido el tiempo de Pascua, con el bagaje de espiritualidad que comporta, en la primavera avanzada y a punto de brindar sus frutos tenemos motivos acumulados para reforzar la juventud interior, esa juventud de espíritu que aflora en los rostros sanos y esperanzados. Recuerdo cómo me impactó el testimonio de aquel octogenario cuando me dijo con sorprendente naturalidad: “Soy tan joven como el Espíritu Santo”.

En verdad, Dios es joven, radicalmente joven y vibrante. Lo demostró en Jesús de manera sobresaliente: una juventud edificante y saludable, también inspirada y promovida por el Espíritu Santo.

Sin embargo, apoyado en la experiencia de los años, me atrevo a asegurar que no se llega a ser verdaderamente joven de espíritu sin un largo aprendizaje. La juventud es una aspiración, una tendencia, un ideal…

Ser joven es tener alma, creatividad, decisión… para implicarse en la construcción personal y en la invención del futuro. La persona joven cuida y vibra con la esperanza. Quien no arriesga en este empeño, está marchito…

Por eso te digo: sé fiel a ti mismo; no te sobornes; no te divorcies de tu identidad radical. Hacer las cosas nuevas es el reto de cada generación. Y el mejor mensaje es la propia vida. Si “pasas…”, en el fondo es por decisión personal, aunque te justifiques engañosamente… No hay vida cristiana pujante sin juventud de espíritu.

 

Bienaventuranzas de la juventud de espíritu

Te dedico estas “bienaventuranzas de la vida joven”. Son para ti, que quieres vivir con densidad, dejando huella de tu paso por la historia… Para ti, que no quieres vivir escaso de alma…, que percibes los reclamos de tu sensibilidad, que empalmas con el espíritu joven de Jesús.

Te digo:

— Dichoso si decides “ser joven”.

— Dichoso si alumbras a diario tu vida con esfuerzo y creatividad.

— Dichoso si pones tu vida al servicio de un bello ideal.

— Dichoso si entiendes que ser joven es programa del vivir diario.

— Dichoso si haces de tu vida un paisaje joven, aliciente para los demás y recreo de Dios.

— Dichoso si eres recio de espíritu y no permites que te enrede ninguna tentación.

— Dichoso si no escondes tu impotencia tras la queja estéril, sino que tu protesta es servir.

— Dichoso si empujas la historia, haciendo del progreso historia de salvación.

— Dichoso si consideras que ser joven no es un punto de partida, sino una conquista, un punto de llegada.

— Dichoso si cantas a la vida joven. De ti y de los que son como tú es el reino de la tierra…

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