Testigos del Evangelio

“Seréis mis testigos” es el lema del Domund 2022. Ofrecer el testimonio de Jesús sigue siendo urgente. Jesús es patrimonio de toda la humanidad. Todos tienen derecho a conocerlo y disfrutarlo. El encuentro personal con Jesús es una gozada sobresaliente.

Domund es la sigla o el acrónimo que se viene utilizando desde hace casi un siglo para referirse abreviadamente al Domingo Mundial para la Propagación de la Fe, o Domingo Mundial de las Misiones. Se trata de una Jornada universal que se celebra cada año, el penúltimo domingo de octubre, para apoyar la acción evangelizadora de la Iglesia y, especialmente, el trabajo apostólico de obispos, sacerdotes, religiosos y laicos que anuncian el Evangelio con su palabra y su testimonio en vanguardia eclesial y sosteniendo a comunidades cristianas en periferias de pobreza.

En verdad, Domund tiene calado en la vida de las parroquias y resuena en el sentir de los cristianos. Es una llamada que nos recuerda el deber y la responsabilidad de todos los seguidores de Jesús de impulsar la causa misionera de la Iglesia, para que otros sean partícipes de la belleza de la fe y se enriquezcan con el Evangelio.

El Domund acentúa en nuestra conciencia cristiana el valor de compartir el encuentro personal con Jesús. Unos somos –debemos ser– misioneros aquí; otros tienen el coraje de ir lejos llevando el Evangelio a todos los rincones del mundo siendo también bálsamo de humanidad.

Para todos, conocer a Jesús es encontrar una fuente de dinamismo y de creatividad en el amor. Con el impulso evangélico en el alma no hay fronteras, sino comunión, fraternidad y una íntima satisfacción por ayudar a otros.

Por eso tiene sentido, también, que apoyemos con nuestro donativo la aventura apostólica de misioneras y misioneros que dejan su tierra por amor a Jesús, para acercar el Evangelio a muchos que no lo conocen, al tiempo que procuran elevar la dignidad de muchos pobres…

En resumen, Domund evoca evangelización, catolicidad, solidaridad universal… Y seguimos constatando que repercute especialmente en la sensibilidad de los cristianos, recordándonos que es urgente evangelizar para favorecer la implantación y el disfrute social del Reino de Dios.